miércoles, 15 de abril de 2009

¿El aborto de emergencia, muerte o vida?

Tahira Vargas
14 de abril 2009

El aborto es una práctica social que existe y ha existido en todas las sociedades independientemente de que este condenada o no legalmente.

El ejercicio del aborto no es una práctica placentera. La mayoría de las mujeres que abortan lo hacen contra su propia voluntad, por sus condiciones sociales, culturales o económicas.

En estos momentos se discute la posibilidad de que se haga una reforma en la constitución, en esta propuesta de reforma se incluye el articulo 30 que implica una condena a toda práctica de aborto incluso en casos de emergencia, niña violada, incesto, mujer en riesgo de muerte. Cuando una niña es violada el parto puede significar un gran riesgo de muerte. Esta condición de muerte de la niña tiende a obviarse porque no le importa a los sectores que condenan categóricamente el aborto, se establece como prioridad que el producto de su vientre nazca, aunque ella muera. ¿Realmente estamos defendiendo la vida o la muerte de la niña?

Quienes abogan por todo tipo de prohibición del aborto porque supuestamente “defienden la vida”, defienden la muerte de la niña que ha sido violada por un padrastro, su padre u otro familiar, a sabiendas de que las violaciones de niñas son bastante frecuentes, así como la posibilidad de que queden embarazadas fruto de una violación. En algunos países de America Latina donde está prohibido todo tipo de aborto, se han producido situaciones en las que varias niñas han muerto. ¿Queremos que esto ocurra con nuestras niñas?

En caso de que la niña violada supere su condición de riesgo en el parto y nazca la criatura, esta se convertiría en una madre adolescente, engrosando la gran cantidad de madres adolescentes existentes. Las madres adolescentes de estratos pobres se encuentran en las mayores condiciones de vulnerabilidad, con poco acceso a mejoras de su calidad de vida. ¿Tiene una niña que se convierte en madre condiciones para garantizar una vida digna para ella y su hijo/a?

¿Cuando se plantea que no importa que la madre muera en un parto porque es más importante que nazca la criatura, realmente esa es una decisión de vida o es una sentencia de muerte?

Además de ser una sentencia de muerte para la madre (no de defensa de su vida) también lo es para sus hijos/as. Si esa madre tiene 2-3 hijos/as más y ella es jefa de hogar, es la única que ofrece el sustento para esa familia, su muerte significa el aumento de riesgo de muerte de sus hijos/as por el deterioro de su calidad de vida. Al someter a la mujer al riesgo de muerte porque queremos salvar a la criatura que va a nacer, estamos condenando a esta criatura a la orfandad y a la incertidumbre en sus condiciones de vida, al igual que a todos sus hermanos/as.

Nacer no garantiza la vida, para que una criatura tenga vida, tienen que producirse una serie de condiciones de: salud, higiene, alimentación, vivienda, educación y fuente de ingresos. Defender la vida no es solo defender que la gente nazca, es defender que los niños y las niñas tengan condiciones para una vida digna sino están expuestos a morir o a “mal vivir”. La pobreza extrema y la miseria suponen un riesgo permanente de muerte.

Las leyes y políticas públicas no pueden ser formuladas pensando solo en matrices religiosas o morales, estas van dirigidas a toda la población independientemente de su credo religioso. La legalización del aborto no ha significado en los países que se aplica un aumento del número de abortos sino todo lo contrario un descenso significativo de estos.

El aborto desciende en la medida en que aumenta la prevención de embarazos no deseados con la implementación de educación sexual y el uso de métodos anticonceptivos. La iglesia católica prohíbe todo ejercicio de aborto aun cuando este signifique salvarle la vida a una mujer, una adolescente o a una niña, prefiriendo su muerte (por tanto no defienden la vida). Además se contradice porque condena las posibles formas de prevención del aborto como son: educación sexual, uso de condones y métodos anticonceptivos.

Creemos que la despenalización del aborto en casos de emergencia es una medida de vida no de muerte, porque garantiza la vida de niñas violadas, de mujeres en riesgo y de los hijos e hijas de estas mujeres.

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