miércoles, 22 de abril de 2009

Constitución para el atraso

Rosario Espinal
21 de abril 2009

No he sido entusiasta de que en República Dominicana se modifique actualmente la Constitución, ni por Asamblea Revisora ni por Asamblea Constituyente.

La razón es simple de enunciar. En el país predomina un conservadurismo de arriba a abajo que conducirá a una nueva Constitución más conservadora que la actual.

En un sistema democrático, reformar la constitución debería servir para avanzar en la conquista de derechos ciudadanos, no para encauzarnos hacia mayores restricciones de derechos como hará la reforma constitucional que se discute en el Congreso.

Que quede claro; no niego que hay aspectos positivos en la propuesta de reforma. Pero el balance neto será negativo porque los beneficios no compensarán por los derechos democráticos fundamentales que se restringirán.

Me referiré aquí a dos puntos nodales: los derechos de las mujeres y la nacionalidad.

La Constitución vigente protege el derecho a la vida, como debe hacer toda constitución democrática, pero lo hace en un sentido amplio, sin especificar exactamente cuándo comienza.

El proyecto de reforma constitucional, por el contrario, establece el inicio de la vida en el momento mismo de la concepción.

Pero decidir cuándo se inicia la vida no le compete a un texto constitucional democrático porque es un asunto polémico e irresuelto en el campo religioso y de las ciencias.

A pesar de eso, los formuladores y promotores de la reforma constitucional se empeñaron en incluir el famoso Artículo 30 que reza: “El derecho a la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte”.

¿Qué significa esto en términos concretos?

Que las mujeres dominicanas estarán impedidas constitucionalmente para buscar más adelante la aprobación de leyes que protejan el derecho a la interrupción del embarazo, incluso en casos tan justificados como una violación sexual o riesgos de vida para la madre.

Pregunto: ¿Hay que obligar constitucionalmente una mujer violada por un hombre a mantener un embarazo no deseado? ¿Hay que obligar una mujer a punto de morir a continuar con un embarazo que si se interrumpe podría salvarle la vida?

Mientras el proyecto de reforma constitucional establece en el Artículo 29 el derecho a la igualdad de hombres y mujeres, en el Artículo 30 priva a las mujeres de sus derechos reproductivos.

Por eso, las mujeres nunca serán iguales que los hombres en la sociedad dominicana. Estarán obligadas constitucionalmente a concluir todos los embarazos, incluso aquellos concebidos en situación de violencia sexual masculina. ¿Es esto democrático?

Con respecto a la nacionalidad, la Constitución vigente establece el derecho a obtenerla fundamentalmente por nacimiento en el territorio dominicano (el llamado jus solis).

La reforma, sin embargo, debilita el jus solis y fortalece el jus sanguinis. Es decir, privilegia la descendencia sobre el territorio para otorgar la nacionalidad.

¿Qué significa en términos concretos?

Que los hijos de inmigrantes dominicanos, nacidos y criados en el extranjero, podrán obtener la nacionalidad dominicana aunque no residan en el país, mientras los hijos de inmigrantes haitianos indocumentados que nazcan, crezcan y mueran en la República Dominicana nunca podrán ser dominicanos.

La nueva Constitución creará entonces una nación de dominicanos en la diáspora con nacionalidad de los países desarrollados donde residen, mientras muchos habitantes del territorio dominicano de origen haitiano nunca podrán obtener un acta de nacimiento que verifique su nombre, lugar de nacimiento y el nombre de los padres. ¿Es esto democrático?

Las restricciones a los derechos reproductivos de las mujeres y a la obtención de la nacionalidad harán que la reforma en discusión conduzca a una Constitución para el atraso social y político de la República Dominicana, no para una revolución democrática como ha proclamado el presidente Leonel Fernández.

http://www.clavedigital.com/App_Pages/opinion/Firmas.aspx?Id_Articulo=14188&Id_ClassArticulista=23

1 comentario:

  1. ANTE UN HECHO CONSUMADO; UNA REFLEXIÓN

    La Paz y la tranquilidad de la familia dominicana acaban de ser comprometidas en la noche de ayer, Abril 21, y causas ya han sido puestas en movimiento sin anticipar sus posibles consecuencias, que podrían ser muy graves. Se trata de lo siguiente:

    Dentro de la honorable Asamblea Revisora, cientos de nuestros asambleístas, que sucede representan al pueblo dominicano, acaban de incluir en la Constitución misma de la República el artículo más delicado de todos y uno que no pertenece a esa Constitución. Los asambleístas aprobaron esta noche que la VIDA HUMANA se inicia en el momento de la concepción; y que desde ese momento ya tiene la protección del Estado. Se trata del momento en que el óvulo es fecundado por el espermatozoide dentro del útero de la mujer. La fecha de esa concepción permanece totalmente desconocida para cada ser humano y ninguno de nosotros se atrevería a considerarlo como su verdadero cumpleaños y su onomástico. Al aprobar ese artículo 30 que le había sido propuesto a los asambleístas, ellos sellaron ahí el destino de todo futuro aborto entre las mujeres dominicanas, sin importar las razones y las circunstancias que los pudieran rodear, aun las más extremas. Artículo 30, que sin quererlo podría costarle la vida a muchas dominicanas y convertir a mucha gente inocente en potenciales delincuentes.

    Las mujeres representan un 52 % de la población, pero no necesariamente en la Asamblea Revisora, ni en ningún sector del Estado. Estos asambleístas que son legisladores y políticos, mayormente masculinos, aparentemente estuvieron influenciados por dos fuerzas que no parecían las más idóneas para una decisión de esa naturaleza.

    A la hora de las votaciones, el pasado Jueves 16, los asambleístas parecían influenciados por líneas claramente bajadas desde dos fuentes diferentes; ambas procedentes de instituciones con disciplina, organización y poder. Primeramente (1) desde las CUPULAS DE LOS PARTIDOS, y (2) desde JERARQUIAS RELIGIOSAS. Los primeros son expertos en Ciencias Políticas. Los segundos se fundamentan en dogmas que no son cuestionables y en la Fe ciega, la cual no requiere de razonamiento. En aquella ocasión, los asambleístas de los grandes partidos, votaron por la prohibición absoluta del aborto; y lo hicieron en bloques casi unificados, demostrando con ello poner sus intereses de partido por encima de los del pueblo dominicano, así como de sus convicciones más íntimas.

    Ahora bien, ¿saben ellos lo que es la VIDA misma? Y todavía más, ¿saben ellos cuando ésta COMIENZA?

    De hecho: ¡Ninguno de ellos sabe, con la más mínima certeza, cuándo comienza la vida!! En realidad nadie lo sabe. Se trata de algo que, en sí mismo, resulta demasiado profundo; por ende cualquiera podría argumentar, con facilidad, que comienza: al nacer, al respirar, a los siete años; a los catorce, a los veintiuno, etcétera. Pues, más que una verdadera creación instantánea, una que tenga un claro principio y un fin, el ser humano parece más bien como si “emanara” gradualmente desde un mas allá desconocido; y lo hace en forma extrañamente progresiva y por una serie de etapas de desarrollo.

    Los agitados debates del pasado Jueves sobre este punto, fueron interrumpidos por fatiga, pasada ya la media noche, mostrando el estado de agitación y de confusión en que se encontraba un cierto número de los asambleístas participantes. Habiendo nosotros tomado este camino, peligroso, el pueblo mismo podría contagiarse muy pronto con esa misma agitación y confusión. Y con razón. Pues resulta muy fácil pensar que la Paz de este pueblo, así como sus verdaderos intereses, descansan en algún otro campo del saber humano; que no esta restringido a la Ciencia Política, ni a las Creencias no racionales.

    Las voces de moderación y de advertencia de un par de asambleístas, procedentes del campo de la MEDICINA y la GINECO-OBSTETRICIA, fueron más bien ignoradas. También lo fueron los llamados de la MASONERÏA DOMINICANA, de la ACADEMIA DE CIENCIAS y de algunos GRUPOS FEMINISTAS. Ausentes estuvieron otras voces que pudieran proceder del HUMANISMO, de la SOCIOLOGIA, la PSICOLOGIA, la FILOSOFÍA, la ETICA y las ORGANIZACIONES INTERNACIONALES. Hoy miércoles en la mañana, periódicos principales que no sostuvieron una verdadera campaña sobre el caso, le han cedido toda la primera pagina al anuncio: “Asambleístas imponen el polémico articulo 30”.

    Ni la Ciencia ni la Medicina, pretenden saber lo que la Vida misma es, en su esencia, aunque si saben cómo se organiza la materia de un cuerpo orgánico. Pero la materia de un cuerpo orgánico no es todavía un ser, sino una potencialidad. Por el contrario aquellos asambleístas que invocaban la autoridad de las Sagradas Escrituras para satanizar el aborto en todas sus manifestaciones, parecían estar desconociendo en forma abierta las palabras de su propia Biblia, la cual señala al nacimiento en forma explícita:

    “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y
    sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente”.

    (Génesis 2:7)

    Los asambleístas que mostraron en esta últimas noches un razonamiento bíblico, desconocieron también que cada embarazo humano tuvo su origen en un acto sexual, un acto material entre dos seres, pero sin un “origen divino”. Por otra parte, el tradicional mandato, de “creced y multiplicaos” no dice explícitamente que Dios habría de intervenir en lo adelante en cada concepción humana. Eso no es cosa de la Biblia, eso lo enseña la Teología; la cual es un producto de los humanos. Pues, de ser Dios quien interviene en cada concepción, se abrirían de inmediato preguntas muy duras que han de resultar incontestables, como es ésta: Si Dios condena la prostitución, el incesto y el adulterio, entonces ¿cómo es qué Él siempre le da Vida al fruto de esos actos ya condenados?

    RAZONAMIENTOS MASONICOS.

    La Filosofía Masónica se hace eco de aquellos argumentos del asambleísta Dr. Serulle, quien reconociendo la enorme complejidad del tema, así como su profundidad, dijo no creer que el mismo debería de ser incorporado a nivel constitucional. Pues el mismo ya se encuentra incluido en del Código Penal, en donde podían hacerse aquellas excepciones que requieran los graves dilemas que presenta cada caso y cada crisis particular. Ahora y siempre estos dilemas han de ser enfrentados por el médico y por su paciente, sin que se haya requerido de legislaciones constitucionales y de camisas de fuerza que vengan solo a hacerlo todo mas difícil, poniendo en peligro por ejemplo la vida de la madre. Pues cada caso es realmente distinto y es también único.

    La Masonería también se hace eco de la sugerencia del asambleísta Lidio Cadet, quien al reconocer con asombro lo profundo de ese tema – la VIDA MISMA – invitó a todos a la reflexión, al tanto que pidió, en la forma más novedosa, que se busque seriamente – el redefinir de nuevo al ser humano, en toda su complejidad interior. Pero hacer esto no en el sentido tradicional, sino a la luz del conocimiento más multi-disciplinario que pueda existir hoy.

    Pero, por el momento, la suerte está echada. La Constitución ya fue cambiada. Y un pueblo más bien indolente no pudo ser movilizado por los aislados grupos de oposición. Los asambleístas terminaron anoche su extraña legislación religiosa; la que pone a la República del lado del fundamentalismo y la aproxima a un estado fascista, franquista o islámico. Sin embargo, las consecuencias de esta revisión constitucional no han de verse hasta que llegue el tiempo de su aplicación en la práctica. Por el momento la Masonería dominicana tiene por delante un enorme reto futuro. Un guante que no podrá recoger a menos que no se vuelva hacia su propia historia pasada, una que fue trinitaria, a descubrir la verdadera razón de ser de la Orden, así como su papel libertario y progresista a través de los últimos 891 años de historia.

    Los masones han reiterado su convicción de que la Constitución de la República debe establecer explícitamente el laicismo como un medio de garantizar la plena libertad de conciencia de todos los dominicanos.

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