miércoles, 15 de abril de 2009

Declaraciones Diputada Magda Rodríguez ante alusiones del Padre Ruiz

Santiago, 13 abril de 2009

En la pascua:
Proclamamos el valor de la vida de las mujeres



El pasado viernes Santo a propósito del Sermón de las Siete Palabras, el Presbiterio Manuel Ruiz ha señalado que yo y mis colegas diputados Minou Tavárez Mirabal y Víctor Terrero, nos hemos constituido en promotores de la despenalización del aborto en el marco de la Reforma Constitucional.

Al precisar que la asamblea revisora no constituye el espacio para establecer penalizaciones, sino que es el Código Penal, legislación que también se encuentra en discusión en el congreso de la Republica desde el año 1997.considero importante contextualizar a toda la ciudadanía nuestra posición sobre el tema de la despenalización parcial del aborto terapéutico.


El ejercicio de una función legislativa trae consigo un permanente contacto y escucha a los sectores, personas y grupos organizados de la sociedad en virtud de esta misión democrática de mis responsabilidades así como por nuestra condición de presidenta de la Comisión de Género hemos recibido diversas comisiones que procuran que su voz sea escuchada sobre el tema relativo al aborto.

En ese espíritu hemos recibido las posiciones de personas y grupos que propugnan por una despenalización total del aborto, dejando en manos de la mujer el pleno derecho para decidir sobre esta materia, así como las de aquellos que se oponen de forma radical a que se despenalice la interrupción del embarazo en cualquier circunstancia.

Hasta el presente nuestro rol como legisladora se ha limitado a escuchar a las partes con interés en el tema, incluyendo la de personas que han ido a advertirnos sobre los potenciales riesgos de tomar partido a favor o en contra de los intereses que defienden.
Esto no quiere decir sin embargo que no tengamos nuestro propio punto de vista sobre un tema de transcendental importancia como lo es el aborto y los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres.

Me niego a atribuirle al padre Ruiz intenciones de dañar nuestra reputación personal, profesional o como legisladora, pero al implorar a Dios Perdón por la ignorancia de nuestras acciones, nos presenta ante la comunidad nacional, por ende ante nuestros electores, como personas desaprensivas que no tenemos respeto por la vida.


En nuestra condición de legisladora, como médico y mujer de profundas convicciones cristianas preferimos evitar los extremismos o fundamentalismos de cualquier signo. Por eso hemos defendido en privado, y ahora lo hacemos en público, la posición de que se despenalice el aborto terapéutico, es decir, en los casos en que la vida de la madre esté en serio riesgo y cuando el embarazo sea producto de una violación o de una relación incestuosa. En cada uno de estos casos se deberá obtener el consentimiento expreso de la madre.

1. Como partidarias de la vida no somos parte de esfuerzos para Permitir el aborto de forma generalizada y caprichosa, pero también nos parece irresponsable poner en riesgo la vida ya nacida de una mujer, que lleva en su vientre un producto inviable o padece trastornos de salud incompatibles con la condición de embarazada en ocasiones madre de hijos e hijas que requieren de su presencia.

2. Asimismo nos parece oportuno recordar que existen actos de violación a menores, como el publicitado caso de Brasil, donde un embarazo, por demás incestuoso, entraña un grave riesgo de muerte para una niña cuya voluntad ha sido ignorada por algún depredador de ocasión.


3. Con mi posición reitero el compromiso que he asumido de ser una representante fiel de las expectativas y demandas de las mujeres de hacer oír sus voces frente a situaciones que les afectan como la mortalidad materna, la irresponsabilidad parental frente a embarazos fruto de violencias. Y la ausencia de sistemas integrales y redes sociales que las protejan.

4. Quiero aprovechar para hacer un llamado a mis colegas legisladores para que escuchemos el clamor de tantas niñas abusadas por sus parientes y desconocidos a quienes la sociedad y la escuela excluyen por su condición de embarazadas, al imponérsele un embarazo en la adolescencia que puede representar la perdida de su propia vida.



5. Siento que no debemos hacer leyes que no estemos en disposición de cumplir, y yo como madre les digo a quienes me quieran escuchar que si salvar la vida de mi hija implicara interrumpir su embarazo, lo haría porque para mí es una prioridad la vida nacida y desarrollada. Como creyente tengo muy pendiente la responsabilidad de legislar evitando las posiciones fariseas criticadas por Jesús al afirmar: “Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas”. Mat.23, 4


Dra. Magda A. Rodríguez Azcona.

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