viernes, 25 de septiembre de 2009

VERGUENZA

Por: JUAN T H
19 de septiembre de 2009

La aprobación por parte del Congreso del artículo 30 de la nueva Constitución de la Republica, condenando a la muerte a miles de mujeres principalmente pobres, constituye, desde mi punto de vista, un crimen de lesa humanidad.

Mi indignación no tiene límites.

Me siento verdaderamente avergonzado.

Me pregunto si valdrá la pena seguir viviendo en un país que de golpe y porazo da un salto al pasado, vuelve dos siglos atrás a reeditar persecuciones, a reprimir mujeres por decidir que hacer con sus cuerpos y con sus vidas.

Torquemada resucita con su lengua de fuego a sacrificar mujeres inocentes, a tirarlas a la hoguera por herejes.

Durante siglos las mujeres han luchado para que se les reconozcan sus derechos. Para que no se le trate como una cosa. Han probado con su inteligencia que no tienen el cerebro más pequeño que el de los hombres, han demostrado, con su trabajo, ser tan productivas como los hombres. Claro, han pagado un precio muy alto. Muy, muy alto. Todavía corre su sangre por las calles y los campos de todos los países del mundo. Todavía permanece su llanto y su luto. Miles de mujeres pagaron con sus vidas la osadía de pensar, el crimen de hablar con voces propias. Y reclamar su lugar en la historia de la humanidad, que no es lo mismo que la historia del hombre.

Cuando creíamos que el tiempo de la barbarie contra la mujer había terminado, cuando corre raudo y veloz el siglo veintiuno empujado por la ciencia y la tecnología, un grupo miserable de hombres, con sotanas y sin sotanas, (los macarras de la moral) se reúnen para pisotear siglos de luchas reivindicativas de las mujeres.

Lo que han aprobado los señores legisladores es una monstruosidad. El Congreso fue convertido en una catedral inquisidora. No es que se haya penalizado el aborto en cualquier circunstancia, lo cual es una aberración. Es mucho más que eso. El nuestro es un Estado que se supone laico. Y un Estado laico supone libertad de cultos. Y supone muchas otras libertades.

Pero el presidente de la Republica y los congresistas de todos los partidos, incluyendo al penoso y vergonzante PRD, han convertido al Estado en un estado fundamentalista.

Con la aprobación del artículo 30 la Republica Dominicana no hace más que el ridículo frente a las naciones desarrolladas del mundo. Ahora si es verdad que somos un Estado fallido y jodido. Un Estado medieval. Un Estado inquisidor. Un Estado asesino de mujeres. Un Estado patriarcal de la peor calaña.

Siento vergüenza. Vergüenza ajena, vergüenza propia.

Lastima que este país sea tan pobre de espíritu y tan huérfano de educación.

Y me pregunto en medio de mi indignación y de mi rabia si valdrá la pena continuar con esta caricatura de democracia, si valdrá la pena ir a votar el año próximo. Creo, lo digo con toda certeza, que lo mejor, lo más saludable emocionalmente, lo que menos daños nos hará, es quedarnos todos en casa… ¿Qué les parece la venganza?

No hay comentarios:

Publicar un comentario