viernes, 25 de septiembre de 2009

Palabras para Asamblea - Diputado Dr. Víctor Terrero

17 de septiembre de 2009
Asamblea Nacional Revisora

Buenas tardes distinguidos `y distinguidas colegas. La verdad es que nunca me hubiese imaginado que defender los derechos humanos de las mujeres dominicanas me colocaría en el centro de un tema tan espinoso y comprometedor, como el que hoy discutimos en esta honorable Asamblea.
He sido médico ginecólogo obstetra por más de 25 años en los hospitales de nuestro país, he percibido muy de cerca el dolor y la inequidad a que son expuestas las mujeres en los servicios de salud. Siempre pidiéndole a Dios fortaleza para nunca ser indiferente ante el dolor, la injusticia y el sufrimiento de los demás.

Más de 500 mil mujeres en el mundo mueren cada año por complicaciones relacionadas con el embarazo, el parto y puerperio.

De estas, el 99% ocurren en países en vías de desarrollo, y en nuestro país mueren cada año alrededor de 200 mujeres. La gran mayoría de estas muertes son prevenibles, y ocurren en los países en desarrollo es debido a la persistencia de grandes desigualdades sociales, económicas, educativas, que impactan el acceso de las mujeres a los servicios de salud.
Estas muertes trágicas y evitables son violaciones a los derechos de las mujeres y niñas, en muchos aspectos de sus vidas, y en todos los niveles, en cuanto a sus decisiones en materia de salud. Erradicar las violaciones a los derechos humanos de las mujeres es fundamental para prevenir el dolor y el sufrimiento, garantizar la paz y el desarrollo sostenible y el bienestar de las familias y comunidades en nuestra América.
El número anual de muertes maternas no ha cambiado en treinta años en América Latina. Pueden apostar Colegas Asambleístas a que si existiera algo llamado mortalidad paterna, estas cifras no se mantendrían congeladas en el tiempo por tres décadas.

Ninguna mujer debería morir por dar vida.

Y hoy, nosotros legisladores y legisladoras, convertidos en Asambleístas por la ley 70-09 pretendemos legislar:

1ª. Para matar;

2ª. Para que mueran más nuestras mujeres pobres;

3ª. Para que sigan aumentando los índices de mortalidad materna, como si no fueran suficientes las casi 90 defunciones de mujeres que se han registradas en este año.

Al mismo tiempo, las sociedades médicas especializadas de nuestro país reclaman que se modifique este artículo:

1ª. La sociedad de Obstetricia y Ginecología

2ª. Sociedad de Cirugía

3ª. Sociedad de Pediatría

4ª. Sociedad de Anestesiología

5ª. Academia de ciencias de la República Dominicana

6ª. Academia dominicana de Medicina

7ª. Entre otras.

Pero, no solamente órganos nacionales han demostrado su oposición a lo que pretendemos aprobar, también organismos internacionales han salido en defensa del derecho de salud de mujeres y niñas como por ejemplo:
1ª. La Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO)

2ª. Amnistía Internacional

3ª. Tres comisiones diferentes del Parlamento Europeo (el Comité de Derechos de la Mujer y de Equidad de Género, el Comité de Desarrollo y el Subcomité de Derechos Humanos).

A esto se le puede agregar las exhortaciones de:

1ª. Dra. Cristina Nogueira, Representante de la Organización Panamericana de la Salud y de la Organización Mundial de la Salud en la República Dominicana

2ª. Miguel Ángel Martínez, Vice-Presidente del Parlamento Europeo

3ª. Movimiento Autónomo de Mujeres de Nicaragua

4ª. Y de más de 400 ONGs reunidas en Berlín en un evento patrocinado por las Naciones Unidas para conmemorar los 15 años de la Conferencia Internacional sobre Población y el Desarrollo.

No creo que exista en la República Dominicana una mujer que no sepa que sus legisladores, hoy convertidos en Asamblea Revisora por la Ley 70-09 que declara de necesidad la Reforma Constitucional, discutimos un artículo que lesiona su integridad física, su libertad de decidir, sus derechos humanos, y que viola el derecho a una salud materna digna y segura de las mujeres dominicanas, sobre todo, las más pobres.

¿Qué nos pasa, no escuchamos o no queremos escuchar? ¿A que le tememos? A perder nuestras curules?
¿Alguien puede decirme la magnitud y el alcance del artículo que pretenden aprobar hoy? ¿Sus repercusiones? ¿Sus consecuencias?

¿Hacia donde es que queremos llevar nuestra sociedad?

¿Por qué no mirar en los únicos cuatro países donde existe esta sentencia de muerte en su constitución, Nicaragua, Chile, Salvador, y Honduras?
Algunos juristas, muy inteligentes, han interpretado el artículo a su conveniencia diciendo que no le hace daño a la mujer y expresando que el aborto terapéutico no existe, como si esto fuera un invento de las constituciones nacionales, de las sociedades médicas del mundo, y de la Organización Mundial de la Salud.

Sin embargo, la mayoría de los juristas y personal de salud lo interpretan de forma diferente, enfatizando que este articulo lesiona la integridad física y moral de las mujeres y es una violación de los principios universales de derechos humanos asumidos por los países en la Asamblea General de Naciones Unidas.

Otros afirman que dado que el articulo no se cumple, da igual si se aprueba o no, prefiriendo la solución del problema a las normas y protocolos de salud y al ámbito de las emergencias obstétricas.

Me pregunto: ¿Puede una norma o protocolo estar por encima de la Constitución? Lo cierto es que de aprobarse el artículo como fue aprobado en primera lectura, tendríamos que cambiar los pensum de las carreras de medicinas y por supuesto todos los protocolos y normas de salud y manejo de nuestros pacientes.

¿Que buscamos con la inclusión de este articulo en la Carta Magna? ¿Por qué queremos introducir un artículo nuevo?

Queridos y queridas Colegas, ninguna mujer debería morir al dar vida.

En una democracia plural, no tenemos otra opción, casi por definición la fe y la razón operan en dominios distintos, que implican caminos diferentes para conocer la verdad.

Por ello, sin lugar a dudas se hace necesaria una posición de consenso basada en una respuesta a un amplio respaldo de la ciudadanía. Una Constitución debe ser la casa de todas y todos los ciudadanos. Recordemos que el 84% de la población dominicana está a favor de la modificación de este artículo, según la Gallup reciente.

Si bien una Constitución no tiene por qué necesariamente solventar la cuestión de desde cuando comienza la vida, sí debe plantearla y abrir el camino para que el Código Penal Dominicano lo defina en su momento. Por eso hoy, en la segunda lectura del proyecto de reforma Constitucional proponemos a esta Honorable Asamblea Nacional lo siguiente:
A mis amigos y hermanos del PRD, que no hagamos lo mismo que el Frente Sandinista de Liberación Nacional de Nicaragua, el cual promovió y apoyó en el marco de una campaña electoral en el 2006, la derogación de una disposición de 1837 que permitía a las mujeres salvar sus vidas cuando un embarazo de alto riesgo amenazara su vida. Esta decisión es todavía ampliamente criticada por amplios sectores políticos, sociales y académicos de todo el mundo.

La verdad es que aunque lo hicieron pensando en lograr más votos para su causa, solo lograron aumentar el número de muertes de mujeres jóvenes, lo cual hoy avergüenza no solo a su país sino a toda America Latina. Por eso a ustedes, mis amigos y amigas, a los que he aprendido a conocer en estos tres años, solo les pido un voto a favor de la preservación de la vida de las mujeres, particularmente las más pobres de nuestra nación, de nuestras familias, de nuestras comunidades y de nuestros pueblos; a los cuales representamos aquí y ahora.
A ustedes connotados dirigentes de mil batallas del PRSC, si con su voto ayudan a aprobar este peligroso articulo como fue aprobado en primera lectura por esta honorable Asamblea Revisora, no solo les dará mas votos a su glorioso partido reformista, sino que al igual que a los demás, les convertiría en un Partido ignorante de los derechos y necesidades de las Mujeres Dominicanas.

A ustedes compañeros y compañeras del Partido de la Liberación Dominicana, instrumento de lucha y liberación de nuestro pueblo, organización fundada por uno de los mas grandes próceres de América, el Profesor Juan Bosch, con el cual casi en mis 32 años de militancia tuve el privilegio de compartir en mi hogar su ejemplo de vida, su integridad y su rectitud. No permitamos que una mujer más muera por causas evitables en nuestro país, permitámosles a nuestras mujeres poder decidir mañana entre la vida y la muerte. No penalicemos el derecho a la vida de las mujeres, que también son las madres de nuestros hijos e hijas.
Queridas y queridos Asambleístas: Ninguna mujer dominicana debería morir dando vida.

Como Presidente de la Comisión Permanente de Salud, proponemos que votemos para que no sea aceptada la propuesta de modificación y que permanezca como se encuentra en la Constitución vigente.

Muchas gracias.

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