viernes, 25 de septiembre de 2009

La derechona nacional de Torquemada

El bulevar de la vida Por: Pablo McKinney elbulevarconpablo@gmail.com
20 de septiembre de 2009

A Minou Tavárez, una flor.


Torquemada está de moda y sonríe entre tragos, sentado en El Bomba, mirando mulatas pasar, sin decir nada. Feliz y realizado. La Edad Media está aquí y llegó para quedarse.

El PLD y el PRD acaban de confirmar su entrada gris al museo mundial del oprobio, al patronato infeliz de la burla y el cinismo. Ambos son hoy, apenas, instituciones para ganar elecciones y perder el camino de la historia. “Permanecer y transcurrir, no siempre quiere sugerir honrar la vida.” Incluida, la vida de las mujeres dominicanas.



Uno imaginaba que Torquemada y los suyos alguna vez, desde una Catedral, un parque, alguna cárcel, revivirían al Perínclito de San Cristóbal y al oráculo de genialidades funestas de Navarrete, (Trujillo y Balaguer, off course) y con la venia del demonio, instaurarían otra vez, aquel tiempo, aquella Era. Para entonces, el PLD y el PRD, con sus luces y sus sombras, serían la alternativa popular ante la afrentosa vuelta al Medioevo. Pero no. Arrogantes y burlones, esos partidos han apostado por ganar elecciones y repartirse el Estado como una novia, pero sin besos.



Los legisladores del PLD aprueban el art. 30, pero antes, su presidente y líder, al visitar la civilizada, laica y culta Europa, les dice a ellos, los cultos y laicos europeos, las razones por las que no puede ser aprobado un artículo que nos aleja de la ciencia y del respeto a la vida de la mujer, o sea la vida. Pero ya de regreso al país, el otrora profesor de sociología, tan admirado y respetado siempre, mira hacia otro lado y permite que SU artículo, de SU constitución que él envió al Congreso sea aprobado. Un discurso para cada escenario. “Y así no podemos, profesor, así no podemos.” O deberíamos no poder. Dios tiene sus juegos.



Anoche, convertidos formalmente en la derechona nacional de Torquemada, el PLD y el PRD optaron por matar a Bosch y a Peña una vez más. Optaron por suicidarse ante la historia, y jugar como niños, (unos niños malcriados y engreídos) a la peor traición de todas: la traición a sí mismo. “¿Comprende, comprende?”

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